martes, 2 de diciembre de 2008

LA LEYENDA DEL CURUPIRA

El Curupira es un ser fantástico, del folclore popular brasileño, que vive en las florestas y su papel es proteger los árboles y los animales, además de castigar aquellos que les dañan.
El Curupira es descrito como un niño de estatura baja, pelirrojo y pies al revés para confundir a los cazadores.
Asimismo, unos dicen que al Curupira le gusta sentarse bajo las “mangueiras” y deleitarse con los frutos, pero si el siente que está siendo vigilado o amenazado, el de pronto empieza a correr a una velocidad tan grande que los ojos no consiguen seguirle.
Muchos dicen que existen Curupiras que encantan a algunos niños y les alejan de sus padres por algún tiempo, pero después los devuelven cuando llegan a la edad de siete años.
Así, los niños “secuestrados” y posteriormente devueltos, nunca vuelven como eran, debido a la fascinación que empiezan a sentir por la floresta donde viven.
Para proteger a los animales, el Curupira utiliza mil artimañas, intentando siempre ilusionar y confundir a los cazadores, utilizando gritos, silbidos y gemidos, haciendo los cazadores piensaren que el está detrás de un animal y va detrás del Curupira, y este hace con que el cazador piercase en la floresta.
Al acercarse una tempestad, el Curupira corre por toda la floresta y golpea los troncos de los árboles. Así, si el ve si ellas están fuertes el fuerte viento. Si se da cuenta que algún árbol podrá ser derrumbada por el viento, el avisa los animales para no se acercaren.
El Curupira también puede hechizar a los adultos. En muchos casos contados, el Curupira encanta a los cazadores que se aventuran en quedarse en la floresta en las llamadas “horas muertas”. La persona hechizada intenta salir de la floresta, pero no logra. Se sorprende pasando por los mismos sitios y se da cuenta que en verdad camina en círculos. En algún sitio bien próximo, el Curupira le está mirando.
Al fin, solo queda una opción: parar de caminar, coger un trozo de “cipó” y hacer una pelotita. Se debe tejer el “cipó” muy bien, ocultar la punta de forma que sea muy difícil desenrollar el novelo. Después, la persona debe tirar la pequeña pelota lejos y gritar: “quiero verte encontrar la punta”. La persona encantada debe esperar un rato para recomenzar el intento de salir del mato.
Cuenta la leyenda que, de tan curioso, el Curupira no resiste al novelo. Se sienta y se queda intentando desenrollar la pelotita de “cipó” para encontrar la punta. Gira la pelotita de todos los lados y se olvida de la persona. Así, deshace el hechizo y la persona logra encontrar el camino a su casa.

Leonardo Brandao

3 comentarios:

Unknown dijo...

No me convense de amucho😤😤

Unknown dijo...

A mi menos es el peor escrito del mundo no es la leyenda es un tonto inútil dato
Perdón

Unknown dijo...

No me convense